Por ahora, no se sabe exactamente cuándo se estrenará la temporada 4 de Stranger Things, pero parece que será pronto. Me ha parecido un buen momento para volver a ver la serie y darles un análisis, especialmente viendo que las tercera temporada salió ya hace bastante tiempo. Podríamos decir que es un homenaje para esperar la siguiente parte de esta serie que nos ha cautivado a todos.
Haré un análisis algo largo viendo que hay mucho por decir y no me he dado la tarea de hablar sobre la serie con propiedad. Es algo necesario, algo que merece una serie que ha demostrado ser impactante en la manera en la que esperamos consumir series y películas de ficción.
La ficción y el fanatismo
La ficción cambió, y nuestra forma de consumirla también. Es una oración que probablemente hayas escuchado más de una vez. Las series y películas de ficción ya no se hacen como antes y nosotros, los espectadores, esperamos algo nuevo. Sin embargo, seguimos siendo seres humanos nostálgicos y queremos tener vistazos del pasado en lo que consumimos.
El gigante Netflix lo sabe a la perfección, pero pocas veces lo ha llegado a demostrar tan bien como lo hizo con la serie Stranger Things. A Netflix le gusta demostrarnos lo que nos gusta antes de que nosotros mismos lo sepamos, y de vez en cuando saca estas joyitas que parecen romper todos los esquemas que teníamos. Y esto es lo que se llama hacer fanservice.
Netflix no es la primera ni será la última empresa que lo haga, pero esto no significa que sea algo malo. Al final, lo que busca cualquier empresa es vender, y los consumidores esperamos que lo que nos venden sea algo que nos guste aunque no sea necesariamente bueno. Por suerte, Stranger Things es algo que vende, algo que nos gusta y algo bueno.
Es imposible no fanatizarse con una serie tan bien hecha que trae lo mejor de un estilo narrativo que ya se había olvidado: la mezcla perfecta entre el terror, la ciencia ficción y la aventura. Quizás lo identifiques más fácilmente si te menciono a Stephen King, un maestro del terror del que se han inspirado numerosos directores y guionistas para hacer series y películas.
La fórmula dorada
El caso de Stranger Things es particularmente bueno porque va más allá. No solo adopta este estilo narrativo tan fácil de identificar, sino que transporta al espectador a una época en la que todo parecía más romántico. La serie funciona como un portal hacia la época comprendida entre los 70 y los 80, más o menos.
La serie está plagada de referencias a la música y películas que marcaron una de las mejores épocas del cine. Nos hace sentir como si estuviéramos reviviendo el momento en el que comenzó a surgir este género, y nos recuerda esa gran cantidad de filmes que rompieron los esquemas. Alien (1979), A Nightmare on Elm Street (1984), Carrie (1976), E.T (1982), Close Encounters (1977) son algunas de las más famosas, de las que marcaron un antes y un después en el cine.
Si a esta nostalgia construida a conciencia le añades personajes entrañables, un mundo interesante, una estética fascinante y una historia atrapante, es fácil entender por qué Stranger Things es tan buena y por qué nos gusta tanto. En estos momentos, es imposible desligar la ficción de la nostalgia, puesto que ahora es una fórmula del éxito que se ha replicado una y otra vez.
Los hermanos Duffer, los creadores de una de las mejores series actuales, supieron seguir cuidadosamente esta fórmula mágica. Puede que no hayan sido de lo más originales, pero ten presente que las cosas buenas siempre están inspiradas en algo que ya existía. De esta forma, es cómo Netflix ha sabido crear algo bueno y que ya sabía que nos iba a dejar enganchados, esperando con ansias cada día la llegada de una nueva temporada.
¿La temporada 3 fue mala?
Es un tema que se debate mucho en Internet. Pero es Internet, siempre va a haber trolls y hate por doquier. No es raro ver a más de uno que antes decía que la serie le molaba un montón, y ahora defiende que en realidad era un poco y la serie terminó por no molarle nada. ¿Pero esto tiene sentido o no?
No… y sí. La respuesta es un poco más complicada que cualquier de las opciones.
A ver, hay que entender que esta hora de gente molesta por la última temporada que salió es normal en cualquier fandom. Siempre se alude a que las temporadas anteriores son mejores que las consecuentes. De hecho, es algo que se va agravando a medida que las series se hacen más largas, y esto tiene un motivo.
El hype que nos entra al ver una nueva serie siempre es altísimo. Se nos presenta un nuevo mundo del que apenas sabemos nada y en el que todos los personajes son un misterio para nosotros. Todavía no sabemos bien qué es lo que estamos viendo, y nos quedamos enganchados porque queremos descubrir lo que no está queriendo decir esta serie.
El problema surge cuando ya hemos descubierto ese mundo. Se nos quita la emoción por ver algo nuevo porque sentimos que ya lo hemos visto todo. Y esto es algo en lo que cayó Stranger Things en su tercera temporada, al igual que lo hacen todas las series en algún punto. Esto es lo que les quita la magia, y dejan de gustar tanto a una parte del público.
¿Esto significa que la serie se volvió mala? Claro que no. No falta más que ver la cantidad de Funko Pop de Dustin que se han vendido desde que salió la temporada y ver que los ratings siguen prácticamente igual de altos que al principio. Además, es innegable que los Duffer procuraron mantener la construcción de sus personajes y su mundo a la perfección.
Y todo esto sin mencionar la cantidad de visitas que tienen páginas para ver series y películas gratis, como es el caso de MuchCine, algo que no se puede medir en realidad. Si bien no aportan nada a la industria y hacen que los rating oficiales bajen (como fue el caso de la Leyenda de Korra en su última temporada que solo salió online), al menos llegan a más fanáticos.
Puede que Stranger Things no sea la mejor serie de la historia, pero sí es una de las mejores de nuestra época. Puede que haya marcado el renacimiento de un estilo que parecía muerto y que a todos nos ha gustado tanto. Espero con ansias la llegada de la próxima temporada.
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